YIN PIN El Payaso de Corazón Melancólico y Espíritu Alegre

Yin Pin, cuyo nombre real es Efraín Coutiño Espinosa, es un payaso humorista y mago originario de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Su vocación por el espectáculo y la comicidad surgió en su infancia, cuando acudía a los circos de húngaros (gitanos) que visitaban la ciudad en las décadas de 1960 y 1970. Estos circos solían instalarse en el parque 5 de Mayo y otros barrios, con sus carpas improvisadas, carromatos multicolores y ancianas con turbantes que leían las manos. Fue en ese entorno, rodeado de magia y misterio, donde Yin Pin decidió que su vida estaría dedicada al arte del circo y, especialmente, al oficio de payaso. El debut de Yin Pin ocurrió hace más de 45 años, y desde entonces ha mantenido una imagen inconfundible: dos lágrimas negras pintadas bajo sus ojos, nariz roja, cuatro motas rojas en su rostro y la característica gorra de visera. Su estilo es diferente del típico payaso con peluca y zapatos enormes; en cambio, prefiere un atuendo más sobrio pero igualmente distintivo. A lo largo de su carrera, Yin Pin ha buscado no solo arrancar risas, sino también hacer reflexionar a su audiencia con temas ambientales, cívicos, educativos y de valores humanos, todo acompañado de canciones infantiles, bailes y secciones de magia. El origen de las lágrimas negras en su maquillaje se remonta a 1974, durante una actuación en San Cristóbal de las Casas. Yin Pin recuerda un niño tzotzil que lloraba frente a él, quizás por hambre, frío o soledad. Esa imagen le impactó tanto que decidió mantener las lágrimas como símbolo de la melancolía y el dolor que pueden estar presentes incluso en los momentos más alegres. Como él mismo dice: “¿Qué es la vida, sino un teatro de lágrimas y risas?”. Yin Pin ha llevado su espectáculo a través de pueblos y ciudades, actuando en escenarios que van desde circos hasta centros deportivos. Incluso después de casi medio siglo, sigue manteniendo su pasión por el entretenimiento, a pesar de las dificultades y obstáculos que ha encontrado en el camino. Su dedicación y compromiso con su arte son lo que le ha permitido perdurar en un mundo tan competitivo