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NUESTRO

by Marcos Alvarez
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Por Maria Guadalupe Hernández Jiménez
Caminando por las calles, observo los vibrantes colores de la ciudad, el olor a cocada en forma de banderitas, el sonido del organillero, las risas de los transeúntes, las matracas y trompetitas. Me pregunto… ¿Acaso la llegada de septiembre, la bandera, el escudo y el himno hacen que nuestra “sangre” llame? ¿Será que es el momento en que recordamos que somos parte de ellos?

Tal vez brota de nosotros la semilla que se guarda todo el año y nos hace partícipes de nuestra historia, tradiciones y de todo aquello que nos da una identidad. Quizás solo recordamos que somos parte de esta hermosa cultura, tan variada, tan colorida, tan cálida.

¿Cuánto tiempo dura nuestra fiebre de septiembre? A decir verdad, no creo que sea algo pasajero; es más bien multifacético y adaptativo conforme pasan los meses. Siendo parte de todos, somos más que “momentos”. Recordar la historia es importante para no entrar en un bucle. Somos la lucha constante por salir adelante. Algo que nos caracteriza como mexicanos es la comida, lo empáticos que somos en las dificultades, y cómo nos apoyamos mutuamente.

Para el exterior, somos colegas, pero también somos una mano que ayuda en las dificultades. Hay infinidad de sentimientos que compartimos como mexicanos, como en el temblor de 1985 o la medalla de oro ganada por Soraya Jiménez en el 2000. Cabe destacar que somos valientes, optimistas y trabajadores. Tenemos sueños, muchos sueños dorados que nos llevarán a días brillantes.

A pesar de nuestras dificultades, siempre vemos el lado amable y divertido de las situaciones. Aunque a veces no valoramos lo que tenemos, debemos aprender a apreciar un poco más lo que nos rodea. Hay que ser conscientes de nuestra numerosa riqueza cultural, gastronómica, artística y arquitectónica. Son nuestras representaciones, somos parte de ellas, y eso nos debe llenar de satisfacción. No habrá un corazón más mexicano que el que añora estar en las tierras del nopal. No estaría bien terminar sin un dicho popular: “COMO MÉXICO, NO HAY DOS.”

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