Me llamo Felipe Eduardo Saldierna Rodríguez, aunque muchos me conocen como Fayteck Saldierna. A mis 24 años, he explorado diversas áreas y me he convertido en un emprendedor multifacético. Fundé 14 escuelas de lengua de señas mexicana (LSM) a nivel nacional, donde enseñamos tanto a personas sordas como oyentes este idioma, reconocido oficialmente en México desde hace tres años. Además, he incursionado en el mundo de la moda con mi propia línea de ropa, he publicado un libro y ofrezco una conferencia titulada “Despierta tu inclusión”, enfocada en la importancia de aprender LSM. Otra de mis conferencias aborda el tema de la felicidad, explicando que no depende de factores externos. Este año se estrenará un documental sobre mi vida, un proyecto cinematográfico que se presentará en la pantalla grande. También dirijo la fundación “Faydan, un sueño hecho realidad”, dedicada a apoyar a niños en situación de calle, en casas hogar y a aquellos con enfermedades terminales. El año pasado, decidí conocer el mundo, logrando visitar 124 países, con menos de 60 aún por explorar. Mi objetivo para el próximo año, con la ayuda de Dios, es visitar estos países restantes, mientras que en 2024 me enfocaré en culminar proyectos en curso. Me siento inmensamente feliz por haber realizado tanto en tan poco tiempo, siguiendo siempre mis pasiones. Considero que los jóvenes a menudo nos limitamos por el miedo y las opiniones ajenas. He aprendido que la felicidad es una decisión propia, independiente de circunstancias externas.
La constancia ha sido clave en mi vida, permitiéndome superar fracasos y seguir adelante. En 2024, he evolucionado de emprendedor a empresario, organizando más de cuatro eventos en Tuxtla Gutiérrez, incluyendo la participación de artistas nacionales e internacionales. A pesar de mis responsabilidades, disfruto plenamente de mi juventud, compartiendo en mi Instagram personal consejos sobre viajar con poco presupuesto. Uno de mis viajes más desafiantes fue a Tailandia, donde pasé 25 días adaptándome a un entorno completamente diferente. Mi participación en voluntariados ha enriquecido mi lado humano, permitiéndome aprender y crecer. “Manos que Hablan Chiapas” cumple nueve años este año. Los primeros dos años fueron difíciles, enfrenté numerosas puertas cerradas, bullying psicológico y maltrato físico por parte de compañeros de clase debido a que mis padres son sordos. Estos desafíos me llevaron a la depresión y ansiedad desde los 9 hasta los 16 años, con un punto crítico a los 20 años que incluyó pensamientos suicidas. Siempre he creído que para ser alguien en la vida necesitas identificar una problemática y buscar una solución. La problemática de “Manos que Hablan Chiapas” era la falta de conocimiento de LSM, y mi solución fue enseñar este idioma para que otros pudieran aprender y compartir ese conocimiento. Con el tiempo, formé un equipo sólido de más de 100 personas, incluyendo marketing, especialistas, desarrollo web y maestros de LSM. Fabiola Saldierna, mi hermana, actualmente dirige “Manos que Hablan Chiapas”, gestionando todas las operaciones. Tras invertir nueve años en este proyecto, decidí explorar nuevas oportunidades y viajar. Inicié con los pueblos mágicos de México, una experiencia que me ayudó a enfrentar mi depresión. Luego, me mudé a Canadá por un año y dos meses, donde conocí a otros viajeros y comencé a explorar Europa. Mi camino ha sido variado y lleno de aprendizajes. Cada experiencia, éxito o fracaso, ha contribuido a mi crecimiento personal y profesional. Siempre he buscado hacer cosas diferentes, y aunque algunas no resultan, la experiencia es invaluable